A quienes no me conocen les cuento que me llamo Lily. Trabajo en la atención a las familias que acompañamos en uno de los momentos más difíciles de nuestra vida.
Mi vida es muy feliz junto a mi Paco, perrito que adopté hace apenas 13 años un día frío del mes de Agosto cuando caía un chaparrón intenso. Caminando rápidamente escapando de la lluvia, dentro de mis preocupaciones y la poca luz de la noche lo vi, miré hacia la base de un árbol y allí había un bultito negro, arrolladito buscando refugio para mojarse lo menos posible.
Pasé, lo vi y seguí caminando unos metros más tratando de borrar esos pensamientos que me decían, vivo en un apartamento, no puedo, no estoy en todo el día, esos pensamientos que automáticamente nos tratan de convencer de seguir de largo y borrar lo que pasa a nuestro lado.
¡No pude! volví y bajo esa lluvia le hablé, me miró profundamente y se enroscó nuevamente. Otra vez lo toqué y acaricié de apoco, me miró nuevamente y desde allí comenzó nuestra historia de Madre e hijo.
Gracias a ese día gris, de invierno y lluvia encontré vida que me necesitaba a través de esas frías gotas de lluvia aprendí que se puede recibir vida.
Paco y según el veterinario que lo revisó al día siguiente tenía aproximadamente entre 3 y 5 años de vida, algunas nanas que marcaban una historia dura, pero nada que una madre, mimos y amor no pueda curar.
Mi vida cambió y junto a mi Paco comenzamos a ser uno los dos, salidas, paseos, vacaciones fines de semana en casa pero el tiempo pasaba y comenzaron mis miedos.
Miedo a perder lo más valioso que tenía y miedo de pensar en que si me tocaba irme a mi antes ¿Qué pasaría con mi Paco? ¡Nadie lo podría cuidar como yo!
A pesar del miedo pedí al universo que me diera vida para despedirlo aunque se que en ese momento se me irá la mitad de mi corazón.
Debemos dejar a un lado nuestros miedos, vivir, compartir, aprender desde el amor incondicional que ellos nos enseñan, seamos como ellos en el paso de nuestra vida y dejemos unas hermosas huellas en el corazón.
Cuando necesiten de un oído, aquí me encuentran!
Con mucho cariño, Lily.
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